Gran misterio encerraban aquellos pantanos.
El que se adentraba en ellos, corría el riesgo de que una profunda tristeza se apoderase de él, y si esto ocurría, se hundía poco a poco en las aguas cenagosas.
“Ya lo sé, es muy pesado este terreno para ti, y te cuesta...
El que se adentraba en ellos, corría el riesgo de que una profunda tristeza se apoderase de él, y si esto ocurría, se hundía poco a poco en las aguas cenagosas.
“Ya lo sé, es muy pesado este terreno para ti, y te cuesta...
¡Artax te estás
hundiendo! Sal de ahí… la tristeza… tenemos que seguir… ¡venga! ¡¡Artax!! ¡Tienes
que luchar contra la tristeza!
Artax, por favor, no dejes que la tristeza del pantano te llene el corazón. Tienes que moverte o te hundirás del todo… yo no me rindo, lo ves, no te rindas tú… por favor…”
Artax, por favor, no dejes que la tristeza del pantano te llene el corazón. Tienes que moverte o te hundirás del todo… yo no me rindo, lo ves, no te rindas tú… por favor…”
La Historia Interminable.