Los jueves eran para mí como la juventud. Todo podía pasar,
todo valía y todo estaba por venir.
Ya no. Ya no hay juventud y ya no hay jueves.
-Has perdido la ilusión- me han dicho hoy.
Sí, pero volverá.
Ya no. Ya no hay juventud y ya no hay jueves.
-Has perdido la ilusión- me han dicho hoy.
Sí, pero volverá.
Bienvenido Otoño.
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