miércoles, 31 de marzo de 2010

La dama de Shanghai

Orson Welles le cortó la melena y se la tiñó de rubio, acabando con el mito de Gilda, y eso no le gustó a nadie. Decían que andaba perdida en su papel de rubia... para mí está espléndida en "La dama de Shanghai" y demuestra que Rita era más que un color de pelo.

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